Algas Diatomeas

Qué Son, Por Qué Aparecen y Cómo Eliminarlas

Las algas son uno de los temas más recurrentes en acuariofilia, y entre ellas, las diatomeas —también conocidas como algas marrones o pardas— son probablemente las primeras en aparecer, sobre todo en acuarios nuevos. Aunque su aspecto puede preocupar al principio, entender su origen y comportamiento es la clave para manejarlas con éxito.

¿Qué son las algas diatomeas?

Las diatomeas son algas microscópicas que se presentan en forma de una película marrón, suave y polvorienta. Suelen cubrir los cristales, el sustrato, las hojas de las plantas, los troncos, las rocas y el equipamiento del acuario. A menudo se pueden eliminar fácilmente con los dedos o una esponja suave.

¿Son peligrosas?

No. Las diatomeas no representan un riesgo directo para los peces ni las plantas. Son una señal de que el acuario está en proceso de maduración o hay un desequilibrio en el sistema.


¿Por qué aparecen las algas diatomeas?

Las causas más frecuentes son:

1. Exceso de silicatos (SiO₂)

Las diatomeas se alimentan de sílice, presente en algunas aguas del grifo, ciertos tipos de rocas o sustratos. Si tu agua contiene altos niveles de silicato, estás ofreciendo el alimento perfecto para que estas algas prosperen.

2. Iluminación insuficiente

Estas algas se desarrollan fácilmente en condiciones de baja intensidad lumínica o con fotoperiodos muy cortos. Por eso es común verlas en acuarios recién montados, donde la iluminación suele ser conservadora al principio.

3. Sistema biológico inmaduro

En acuarios nuevos o mal ciclado, el filtro biológico aún no está suficientemente desarrollado. Esta inmadurez favorece el crecimiento de organismos oportunistas como las diatomeas, que se instalan antes que el resto del ecosistema.

4. Desequilibrio de nutrientes

Las plantas necesitan una relación equilibrada de nitratos, fosfatos y micronutrientes para crecer. Cuando uno de estos elementos falta o se encuentra en exceso, las plantas no pueden desarrollarse correctamente, y las algas aprovechan esta situación.

Por ejemplo, si hay muchos nitratos pero nada de fosfato, las plantas se bloquean, mientras que las algas (menos exigentes) siguen alimentándose del desbalance.

5. Falta de competencia vegetal

Las plantas sanas y de crecimiento rápido compiten con las algas por los nutrientes. Si el acuario tiene pocas plantas, o estas son de crecimiento lento (como Anubias, Bucephalandras o musgos), las diatomeas encuentran vía libre para expandirse sin oposición.


¿Cómo eliminar las algas diatomeas?

Aquí tienes una serie de acciones efectivas para prevenir y eliminar las diatomeas:

1. Ten paciencia

En acuarios nuevos, es normal que aparezcan durante las primeras semanas. En muchos casos, desaparecen solas a medida que el filtro madura y el sistema se estabiliza.

2. Mejora la iluminación

Aumentar ligeramente la intensidad o prolongar el fotoperiodo puede ser suficiente para frenar su crecimiento y favorecer a las plantas.

3. Controla el agua de origen

  • Si el agua del grifo contiene altos niveles de silicatos, considera usar agua osmotizada remineralizada.
  • También puedes usar resinas anti-silicato en el filtro para eliminar ese exceso.

4. Introduce más plantas naturales

Cuantas más plantas de crecimiento rápido tengas, menos recursos quedarán disponibles para las algas. Algunas plantas ideales: Limnophila, Hygrophila, Elodea, Ceratophyllum.

5. Mejora la filtración y la circulación

Un filtro eficiente y bien dimensionado no solo ayuda a madurar el sistema, también reduce zonas muertas donde las diatomeas se acumulan con facilidad.

6. Introduce fauna que se alimente de diatomeas

Algunos animales que pueden ayudarte a mantenerlas a raya:

  • Otocinclus affinis
  • Ancistrus
  • Neritina natalensis (caracol cebra)

Estos no eliminan la causa, pero contribuyen a mantener limpio el acuario mientras actúas sobre el origen del problema.


Conclusión

Las algas diatomeas son parte natural del proceso de maduración del acuario, sobre todo en las primeras semanas. No son peligrosas ni difíciles de controlar si entiendes por qué aparecen y tomas las medidas adecuadas. Con un poco de paciencia, buen mantenimiento y una plantación adecuada, desaparecen sin dejar rastro.

Controlar la Temperatura del Acuario en Verano

El verano puede convertirse en un desafío para los aficionados a los acuarios, especialmente cuando las temperaturas exteriores superan los 30 °C. Mantener el agua dentro de un rango seguro es crucial para la salud de los peces, plantas y microorganismos. En este artículo exploramos las mejores formas de controlar la temperatura del acuario durante los meses más calurosos del año.


¿Por qué es importante controlar la temperatura?

En la naturaleza, los cambios de temperatura suelen ser graduales. En un acuario, las subidas bruscas pueden causar estrés, reducir el oxígeno disuelto en el agua y afectar al metabolismo de los organismos. Las especies tropicales suelen prosperar entre los 24 °C y 27 °C, pero incluso pequeños aumentos pueden alterar el equilibrio del ecosistema.


Métodos activos para bajar la temperatura

1. Ventiladores para acuarios

Una opción sencilla y eficiente. Estos dispositivos se colocan en el borde del acuario y generan una corriente de aire sobre la superficie del agua. Este flujo favorece la evaporación, lo que ayuda a disipar el calor. Aunque no bajan drásticamente la temperatura, sí permiten una reducción de entre 1 y 3 °C, suficiente en muchos casos.

Consejo: La evaporación aumentará, así que es importante reponer regularmente con agua osmotizada para no alterar la dureza ni la salinidad del agua.

2. Enfriadores o chillers

Estos equipos funcionan como sistemas de refrigeración que extraen calor del agua mediante un circuito cerrado. Son la opción más eficaz para mantener una temperatura estable durante olas de calor intensas o en acuarios con especies sensibles. Su instalación es más compleja, pero el control térmico es muy preciso.

3. Controladores de temperatura

Un termostato externo puede activar automáticamente dispositivos de refrigeración (como ventiladores o enfriadores) cuando el agua supera un valor determinado. De esta forma se evita la intervención manual constante y se reduce el riesgo de sobrecalentamiento.


Estrategias pasivas que ayudan

4. Reducir la iluminación

La iluminación es una fuente de calor importante. En verano, conviene reducir el fotoperiodo o ajustar las horas de encendido para evitar que coincidan con los momentos más calurosos del día.

5. Elevar la pantalla LED

Separar la pantalla de la superficie del agua ayuda a reducir la transmisión directa de calor.

6. Mejorar la ventilación del acuario

Retirar las tapas superiores o instalar rejillas permite un mejor intercambio de aire. Si hay peces saltadores, se pueden colocar mallas finas como medida de seguridad.

7. Evitar la exposición directa al sol

Los acuarios situados cerca de ventanas deben protegerse con cortinas, estores o láminas opacas para evitar el calentamiento por radiación solar directa.

8. Climatizar la habitación

Si se dispone de aire acondicionado o ventilación forzada, climatizar la estancia donde se encuentra el acuario es una solución eficaz. Mantener la temperatura ambiente por debajo de los 27 °C reduce la transferencia de calor al agua. Además, estabiliza otras variables como la humedad, lo que también puede beneficiar al entorno general del acuario.


Mantenimiento y vigilancia

9. Controlar la evaporación

La evaporación es más intensa en verano, por lo que es imprescindible reponer con agua osmotizada para mantener la estabilidad del sistema.

10. Supervisar la temperatura a diario

Es recomendable usar termómetros digitales con buena visibilidad. Algunos incluso permiten configurar alarmas en caso de sobrecalentamiento.

11. Ajustar la inyección de CO₂

En acuarios plantados, reducir temporalmente el CO₂ durante las horas más calurosas puede disminuir la actividad metabólica y evitar caídas en el oxígeno disuelto.


Conclusión

Controlar la temperatura del acuario en verano no solo es posible, sino necesario. Con una combinación de soluciones activas, ajustes pasivos y una buena rutina de mantenimiento, es posible mantener un ambiente estable incluso en los días más calurosos. Prevenir el sobrecalentamiento es clave para que peces y plantas sigan sanos y activos durante todo el año.

Paisajes ARTEficiales: La frontera difusa entre arte y naturaleza

Cuando observamos un acuario plantado maduro, es fácil quedarse atrapado en la belleza de su equilibrio: formas armónicas, volúmenes trabajados, verdes vibrantes, sombras delicadas y un flujo natural del agua que lo atraviesa todo. Pero detrás de esa serenidad aparente hay un proceso complejo y profundamente artístico. Un proceso que podríamos llamar la creación de un paisaje ARTEficial.

¿Qué es un paisaje ARTEficial?

El término juega con la ambigüedad: une “arte” y “artificial” en una sola palabra, pero también sugiere algo más. Un paisaje ARTEficial no es simplemente un paisaje fabricado por la mano humana. Es una obra viva, que nace del conocimiento técnico y la sensibilidad estética de quien lo crea, pero evoluciona con las leyes de la naturaleza.

En este punto, el Aquascaping cobra todo su sentido como disciplina híbrida: arte, ciencia y jardinería subacuática al mismo tiempo. Diseñamos espacios que parecen naturales, pero que están cuidadosamente pensados, guiados y mantenidos. Y sin embargo, el resultado final, esa imagen cautivadora, nunca sería posible sin la colaboración impredecible de la vida misma.

Del hardscape al paisaje vivo

Todo comienza con el hardscape: la disposición inicial de los elementos inertes como rocas, raíces, troncos y sustrato. Este esqueleto esculpido en seco define la estructura visual y emocional del paisaje. Aquí el artista toma decisiones sobre perspectiva, equilibrio, tensión y narrativa visual. Es el momento más “escultórico” del proceso.

Pero ese paisaje seco aún no está vivo. Es la llegada del agua y las plantas lo que lo transforma. Las especies seleccionadas, su ubicación estratégica, su tasa de crecimiento, coloración o forma de propagarse aportan dinamismo. A partir de ese momento, el paisaje empieza a respirar.

La evolución guiada: luz, poda y nutrientes

El aquascaper no se limita a plantar y observar. Todo lo contrario. Controla los factores que determinarán la evolución del paisaje:

  • La luz marca la dirección del crecimiento, la densidad del follaje, los contrastes entre zonas.
  • El abonado y la calidad del agua determinan el vigor de las plantas y la estabilidad del ecosistema.
  • La poda, como si de un bonsái se tratara, es una herramienta clave para dar forma, controlar el volumen y potenciar determinadas líneas visuales.

Así, lo que vemos no es un instante congelado, sino el resultado de un proceso orgánico y artístico al mismo tiempo.

El pez: movimiento, forma y alma del paisaje ARTEficial

Aunque el hardscape define la estructura y las plantas aportan vida vegetal, hay un elemento que introduce el ritmo, la escala y la emoción: el pez.

En el Aquascaping, la elección de los habitantes acuáticos no es arbitraria. El pez se convierte en el complemento móvil del paisaje, una pincelada viva que aporta dinamismo, contraste y narrativa visual. Lejos de ser un añadido decorativo, su forma de nadar, su tamaño, su color y su comportamiento influyen directamente en cómo se percibe el conjunto.

Forma y escala

Un cardumen de pequeños peces, como los Paracheirodon simulans, puede acentuar la sensación de profundidad y perspectiva en un layout denso, generando una escala majestuosa en paisajes compactos. En cambio, un grupo de peces de mayor tamaño o con cuerpos más estilizados, como los Sawbwa resplendens o algunos killis, puede aportar elegancia y romper la rigidez de ciertas composiciones muy marcadas.

Movimiento y posición de nado

El movimiento es quizás la contribución más poética del pez al paisaje. Algunas especies nadan en grupo de forma armoniosa, siguiendo líneas horizontales que refuerzan la dirección del hardscape. Otras ocupan zonas específicas del acuario —como la superficie, la zona media o el fondo—, ayudando a equilibrar la composición en diferentes planos verticales.

Hay peces con desplazamientos tranquilos, pausados, casi meditativos, como los Trichopsis pumila, y otros con movimientos más vibrantes, como los Rasbora kubotai, que añaden destellos de energía al conjunto.

Color y presencia

El color del pez no debe competir con el paisaje, sino dialogar con él. A veces un solo pez de color intenso —como un Betta bien seleccionado— puede ser el foco central de un diseño minimalista. En otros casos, los colores apagados y translúcidos ayudan a reforzar la serenidad y naturalidad de un acuario inspirado en un biotopo.

Incluso hay diseños donde los peces casi desaparecen visualmente, pero su sutil presencia refuerza la ilusión de estar ante un ecosistema real.

La elección ética y estética

Más allá de lo estético, la elección del pez debe ser también respetuosa con su bienestar. El paisaje debe adaptarse a las necesidades de los habitantes: espacios de refugio, corrientes apropiadas, parámetros estables. Un pez estresado rompe la armonía del conjunto, mientras que uno sano y cómodo aporta naturalidad y coherencia.

Cuando se logra esa simbiosis entre entorno y habitante, el acuario deja de ser una maqueta para convertirse en una obra viva con alma. El pez es entonces el actor principal que recorre el escenario, dotándolo de emoción y profundidad.

Un arte que nunca se termina

Quizá lo más fascinante del aquascaping es que sus obras no son estáticas. A diferencia de una pintura o una escultura, un paisaje acuático sigue creciendo, mutando, desbordando límites. Llega un momento óptimo —un punto álgido de belleza— que puede durar días o semanas, antes de que el equilibrio empiece a desplazarse y haya que actuar nuevamente.

En este sentido, cada paisaje ARTEficial es efímero y único. Una obra que se va haciendo y deshaciendo con el tiempo, que requiere observación constante, decisiones sensibles y, a veces, saber dejar que las plantas tomen su propio camino.

Conclusión

Los paisajes ARTEficiales no son solo acuarios bonitos. Son una declaración de amor al detalle, al equilibrio, al tiempo y a la naturaleza intervenida con respeto. Son escenarios en miniatura donde arte y vida se entrelazan, y donde cada decisión humana es una invitación a la belleza salvaje que emerge bajo el agua.

José Ángel Madrid

Más Allá de la Imagen

El Poder del Título en el Aquascaping de Concurso

En el mundo del Aquascaping competitivo, donde una imagen finish representa la totalidad de un trabajo que puede haber llevado meses de dedicación, el título no es un simple adorno: es una herramienta narrativa, poética y conceptual que puede cambiar por completo la forma en que se percibe una obra.

Un título bien elegido actúa como una puerta de entrada al universo que el artista ha creado dentro del acuario. Aunque el jurado valore aspectos técnicos como la composición, la poda, la salud vegetal, el equilibrio cromático o la naturalidad, el título ofrece una capa adicional de lectura: despierta asociaciones, sugiere una historia y orienta emocionalmente al espectador.

¿Por qué importa tanto el título cuando solo hay una foto?

A diferencia de una exposición física donde el espectador puede rodear el acuario, observar los detalles en movimiento, o sentir la atmósfera viva del montaje, en un concurso fotográfico todo se reduce a un instante congelado. En ese contexto, el título funciona como una clave interpretativa: puede evocar un paisaje real, una metáfora visual, una emoción contenida o incluso un guiño cultural.

Un título como «Susurros del Abismo», «Raíces del Tiempo» o «La Última Lluvia» no solo sugiere una lectura poética del paisaje acuático, sino que también puede reforzar la intención estética del autor. ¿Estamos ante un entorno misterioso y profundo? ¿Una escena melancólica? ¿Un homenaje a la naturaleza salvaje?

El equilibrio entre lo evocador y lo preciso

Un buen título no debe explicar el trabajo ni limitar su interpretación, pero sí puede orientar sutilmente la mirada. Puede ofrecer contexto sin ser literal, emoción sin ser grandilocuente, y resonancia sin necesidad de desvelar todos sus secretos.

En resumen, en el Aquascaping de concurso, donde muchas veces la imagen final es el único lenguaje visual disponible, el título se convierte en una forma de expresión artística por derecho propio. Es el último trazo del pincel, la firma del autor, la chispa que puede hacer que una obra se quede grabada en la mente del jurado.

José Ángel Madrid González

Iluminación LED Ideal para tu Acuario

La iluminación es uno de los pilares fundamentales en el aquascaping. No solo realza la belleza del paisaje sumergido, sino que también influye directamente en la salud y desarrollo de las plantas acuáticas. Elegir la luz LED adecuada puede marcar la diferencia entre un acuario equilibrado y uno propenso a problemas como algas o crecimiento deficiente. En esta guía te explico los aspectos esenciales a tener en cuenta al elegir la mejor iluminación LED para tu proyecto.


1. El espectro importa más de lo que parece

Las plantas acuáticas realizan la fotosíntesis aprovechando longitudes de onda específicas del espectro luminoso. Una iluminación LED adecuada debe ofrecer un espectro completo, equilibrado entre:

  • Luz blanca neutra o fría, entre los 6000K y 7000K, que imita la luz natural.
  • Picos en rojo y azul, esenciales para estimular el crecimiento vegetal.
  • Presencia de verde, que mejora el aspecto visual y resalta los colores naturales del paisaje.

Una buena distribución del espectro no solo favorece la fotosíntesis, sino que realza la estética del acuario, mostrando colores más vivos y contrastes más definidos.


2. Intensidad: ni demasiada, ni insuficiente

La intensidad de la luz se mide en lúmenes o PAR (Photosynthetically Active Radiation). Para acertar en la elección, es clave saber qué tipo de plantas vas a mantener:

  • Plantas poco exigentes: requieren intensidades moderadas. Ideal si no se utiliza CO₂.
  • Plantas exigentes y tapizantes: necesitan una luz intensa y constante, y suelen ir acompañadas de sistemas de inyección de CO₂ y abonado regular.

Una intensidad insuficiente provocará un crecimiento lento o ausente, mientras que una excesiva, sin los nutrientes adecuados, puede disparar la aparición de algas.


3. Control y regulación: aliados del equilibrio

Una iluminación de calidad debería ofrecer la posibilidad de regular la intensidad, definir horarios y simular los ciclos naturales de luz. Esto permite:

  • Adaptar la luz a las necesidades de cada etapa del montaje.
  • Prevenir el estrés en plantas y peces.
  • Evitar encendidos bruscos que desequilibran el ecosistema.

Contar con un sistema de temporización o una app para ajustar los parámetros añade precisión y comodidad al mantenimiento diario.


4. La importancia del diseño y la cobertura

No basta con que la lámpara sea potente; también debe distribuir la luz de forma uniforme. Asegúrate de que el área iluminada cubre todo el acuario, desde el primer plano hasta el fondo, evitando zonas oscuras que limiten el desarrollo de ciertas especies vegetales.


Conclusión

Elegir la iluminación adecuada para tu acuario plantado no es solo cuestión de potencia o estética. Es una decisión técnica que debe tener en cuenta el tipo de plantas, el diseño del aquascape y las condiciones del ecosistema. Una luz bien elegida estimula el crecimiento vegetal, realza los colores del paisaje y contribuye al equilibrio general del acuario.

Si estás pensando en dar el siguiente paso en tu montaje, considera estos aspectos antes de decidir. Una buena iluminación no es un gasto: es una inversión en belleza, salud y sostenibilidad a largo plazo.